Chivata

D tiene 9 años. Ha pasado su más tierna infancia viviendo de los favores de los mayores y luchando (literalmente) contra los niños de su edad. Así que no es difícil adivinar por qué se camela como quiere a los adultos pero le cuesta congeniar con otros niños.

Este verano ha estado yendo por las mañanas a un campamento urbano que se contrata por quincenas, así que ha habido de todo: un novio, niños con los que se llevaba bien, una mejor amiga con ruptura y traición, niños que pegaban a todo el mundo y admiración por ciertos peinados. Esta última semana dice que la llaman "la chivata", cosa que no me extraña porque eso de chivarse es algo que hace a la mínima oportunidad y con mucho orgullo.

Yo me siento dividida y no le digo nada cuando me cuenta estas cosas. En mi código personal de supervivencia tengo escrito a fuego "no te chives". Incluso nos han enseñado que está mal delatar a otros y que lo que hay que hacer es dar la cara uno mismo. Pero en el mundo real en el que vivimos, cuando alguien hace algo malo rara vez da la cara. Y los testigos normalmente no hacen ni dicen nada, por miedo a las represalias pero también en parte por no ser unos chivatos, que está muy feo.

Por eso me llama mucho la atención el sistema finlandés de antibullying que describen en este artículo. Salvando las muchas diferencias que hay entre la sociedad española y la finlandesa, el programa se centra en el tercer rol que se da en la mayoría de casos de acoso escolar: el espectador. Extraigo del artículo el siguiente póster con información sobre los tres papeles presentes durante el acoso, a partir del trabajo de J.A. Oñederra, "Bullying: concepto, causas, consecuencias, teorías y estudios epidemiológicos":
"La relación trilateral se sostiene mediante la ley del silencio y la condena pública del delator o chivato"
Citando, el testigo silencioso "no actúa directamente, pero apoya de manera indirecta acciones violentas porque considera que sacarlas a la luz puede perjudicarle". Por eso, en este sistema "el objetivo es concienciar de lo importante de las acciones del grupo y empatizar, defender y apoyar a la víctima".

D no es ninguna santa, ya ha tenido sus oportunidades de amenazar a otros niños. Pero cuando se chiva de algo, o incluso se planta enmedio de dos a que le den una torta en plan Kick-Ass, no me veo con la autoridad moral de decirle que no lo haga.

Sigo viva

Lo que pasa es que el Wait-No-More Challenge se me está yendo un poco de madre...
Porque total, ya que estoy...
Qué digo, está totalmente fuera de control.
Esto no es para el baño, pero total, ya que estoy...
Y estamos petando los fines de semana con actividades. Y tenemos que planear unas vacaciones. Y a mi tesis no le da la gana escribirse sola...

Menos mal que la semana que viene vuelvo al trabajo (entiéndase como lugar físico). Allí por lo menos no tendré la tentación de poner una lavadora o dar una manita de pintura.

Ñam

La alimentación es un tema candente en casa.

A los dos mayores nos gusta comer. El hecho de reunirnos, hablar, probar sabores nuevos o disfrutar de viejos favoritos... nos encanta.

Haciendo turismo gastronómico.

A la peque, en sus propias palabras, "no tanto". Supongo que es normal. Recuerdo que cuando yo era pequeña eso de alimentarme era algo que hacía porque era lo que tocaba y sólo me gustaba cuando había mi comida favorita.

La cosa es que en los últimos años he empezado a tener más interés en el tema y no sólo desde el punto de vista de disfrutar comiendo. ¿Cómo es una dieta equilibrada? ¿Cómo se cocina tal o cual plato? ¿Qué descerebrados inventaron las recetas más elaboradas y por qué? En fin, muchas incógnitas que hay que ir resolviendo una a una ;)

Por empezar por el principio, vayamos con la dieta equilibrada. Hace un año lustro década? tiempo hice un curso de mediadora para la salud, con el objetivo de guiar charlas sobre alimentación, drogas o sexualidad para jóvenes. Ahí llegó la primera revelación: comemos demasiada carne.

Mi madre es de las que piensan que después de un platazo de lentejas hay que comerse un par de filetes de lomo. En general, da igual lo que haya de primero, de segundo hay carne. Y tengo que decir a su favor que en todas las cenas hay una ensalada para acompañar. En este curso me dijeron que lo ideal para un adulto (ojo, los niños necesitan proteínas extra para crecer y no sólo reparar tejidos) es un par de raciones de carne y un par de raciones de pescado a la semana. A ver con qué llenábamos ahora todos esos segundos platos... (Por supuesto, todo esto a mi madre le dio igual).

Como aquel curso me quedaba ya un poco lejos y tenía hambre de más conocimiento (;) ;)), hace poco más de un año di con un curso online, vi que era self-paced (a tu propio ritmo)- o SPOC si ya nos ponemos técnicos-, y me apunté. Estoy orgullosa de decir que es el primer curso online que he terminado del tirón. Bueno, quizá orgullosa no es la palabra.

El curso se llama Child Nutrition and Cooking (o Cocina y nutrición para los más chicos, como lo han traducido en Coursera) y es de la Universidad de Stanford. En total son unas 5 horas de vídeos cortos, repartidos en cinco temas:

  • la importancia de las comidas caseras (no olvidemos que está en el contexto de EE.UU., donde se abusa de la comida precocinada)
  • qué constituye una comida equilibrada
  • consejos prácticos para hacer la compra e implicar a los niños en la comida saludable
  • alimentación sostenible
  • etiquetado y alergias

Me encanta este curso y lo recomiendo a todo el mundo, tenga niños para los que cocinar o no (aunque el audio está en inglés, hay subtítulos en varios idiomas incluyendo el español). Los vídeos son cortos y ligeros, pero a la vez contienen información valiosísima muy simplificada. Aunque tengo que decir que lo que me conquistó desde el primer momento es su autora, Maya Adam. Esta señora fue bailarina durante 10 años y después sacó un título de Biología Humana, seguido de otro de Medicina, y desde entonces da clase en Stanford sobre salud y nutrición. Tiene tres hijos y además te cuenta todas estas cosas en la cocina de su casa (o más bien casoplón). Igual te explica cómo funciona la percepción de sabores como te hace unos nuggets de pollo caseros en directo.

Relacionado con este tema, cayó en mis manos el libro "El camino del cambio: el método que ha cambiado a David Bustamante", de la editorial Chronica. Está escrito por un entrenador, Martin Giacchetta, que (no lo adivinaríais nunca) ha entrenado a Paula Echevarría y a David Bustamante. Tiene una parte inicial dedicada a la nutrición y luego le siguen otras relacionadas con la motivación y el entrenamiento en sí. Es bastante técnico, que por un lado está bien, pero yo lo acabé dejando porque me parecía que tendría que estar subrayando y haciendo esquemas para recordar algo de lo que decía. Además está muy muy enfocado a conseguir una determinada figura, cuando a mí me habría gustado más encontrar una guía para un estilo de vida saludable. En fin, lo considero más de consulta que para sentarte y leerlo de cabo a rabo.

¿Alguien más se ha planteado alguna vez este tema de la dieta equilibrada? ¿Habéis dado con algún libro o curso que os haya abierto los ojos? ¿Cuáles son vuestros objetivos a la hora de cocinar: conseguir algo que llevarse a la boca o cebar a nietos? ¿Algún descerebrado en la sala que mida la cantidad de huevo en gramos? :p

Wait-No-More Challenge

Uno de mis blogs favoritos es I Heart Organizing. Ya me gustaría a mí estar tan al día en asuntos de orden y limpieza como Jen, su autora, pero lo que más me gusta es lo bonito que lo hace todo. Hace poco se propuso dedicar cuatro semanas a lidiar con cuatro puntos caóticos de su casa, y para ponerse con ello hizo unos imprimibles (rebonitos, por supuesto) que se pueden descargar gratis desde aquí.

La idea es muy buena: ¿tienes un armario, un rincón o una habitación que está siempre desordenada porque no hay un sistema que permita mantenerla arreglada fácilmente, o lo hay pero no funciona? Pues basta de dejarlo para más adelante: tienes una semana para arreglarlo. En el imprimible hay un cuadro para reflexionar sobre lo que sí funciona, otro para lo que no, otro para hacer una lista de tareas para solucionarlo, y otro para apuntar si hace falta algún tipo de almacenaje que no tienes. Por último, un calendario semanal para apuntar qué tarea vas a hacer cada día.

Jen se propuso arreglar cuatro puntos diferentes de su casa. Yo tengo como mil... pero de momento sólo me voy a atrever con uno: el cuarto de baño. Lo usamos todos, varias veces al día, y aunque no está fatal, podría ser más práctico si las cosas parecidas estuvieran juntas y fueran más fáciles de alcanzar.





Lo que está bien:
- champús, gel, esponjas y demás, dentro de la ducha.
- las alfombras de ducha nuevas, flexibles, fáciles de limpiar y de colgar de la barra de la ducha.
- el rollo de papel, colgado del lateral del mueble (...si a la ventosa le diera la gana volver a pegarse ¬¬).

Lo que no está bien:
- lo que usamos a menudo está precariamente situado al borde del estante del mueble (incluidos frascos y tarros de cristal).
- los toalleros no son prácticos tal y como están.
- no sabemos lo que tenemos porque está todo mezclado y distribuido entre el mueble del baño, el carrito, y dos bolsas enormes en la habitación del pánico.
- seguimos con una bombilla colgando de un cable como única iluminación.
- el bote sifónico del retrete (escribiendo esto he descubierto que lo que yo creía la tapa es sólo el embellecedor. Esto explica por qué no encuentro un sitio donde atornillarla y ese aroma a alcantarilla).
- el cajón de los accesorios del pelo exige tener dedos de goma para llegar a según qué cosas.
- la superficie del lavabo parece un mercadillo.

Tareas:
- recolocar los toalleros y añadir ganchos.
- pintar y colocar las lámparas que compramos para este baño.
- comprar y colocar tapón en el bote sifónico.
- reunir todos los productos, separarlos por categorías, revisar si hay que tirar algo y guardarlo de forma accesible y lógica.
- recolocar el cajón para los accesorios del pelo.
- revisar la ventosa del portarrollos y fijarlo al mueble.

Compras:
En realidad ya tenemos mucho material preparado para esto pero no nos hemos puesto a ello. Sólo nos faltan un par de cosillas:
- tapón del bote sifónico.
- barra para alargar el toallero.
- (posiblemente, estas cajitas transparentes de IKEA. Tenemos un juego al que le damos mucho uso y a lo mejor nos vendría bien otro más).

Planificación:
Esto ya es más difícil pero me imagino que ahí está la gracia. Me doy más de una semana porque veo imposible que pueda hacer todo en tan poco tiempo.

LMXJV
colgar portarrolloscompras y poner tapón
al bote sifónico
-separar montones-
recolocar toalleros
y ganchos
limpiar mueble
y colocar
-recolocar accesorios
del pelo
pintar lámparas
colgar lámparas

Lo de poner el baño bonito ya es otra historia. El alicatado me gusta mucho pero el mueble y el espejo ya no tanto. Originalmente lo que había era un lavabo de pedestal que nuestro casero cambió por el mueble+espejo, y la verdad es que en cuanto a espacio de almacenamiento está muy bien, pero para mi gusto es todo demasiado matchy-matchy. Estoy deseando añadir algunos toques marroquíes y de texturas naturales, pero de momento con que sea práctico me doy con un canto en los dientes.

En fin, marcho a ver cómo arreglo lo del portarrollos...

Instamoda 1

No sé si alguien se ha fijado en que en la barra lateral del blog hay un widget que muestra las 3 últimas fotos de mi Instagram (@estrella_gl). Si es así, habrá podido observar que con frecuencia pongo selfies bastante malos de lo que llevo puesto. Hace años que sigo blogs de moda (incluso tuve uno...) y me gusta mucho ver cómo la gente interpreta las prendas para adaptarlas a su estilo. Esos picados son mi forma de participar en este meme constante.

Aquí va un resumen del mes de julio, con imagen inédita y todo ;)

Me estoy aficionando a la lencería intencional.

Los collares de Gorjuss son los favoritos de los niños.
Me han regalado 3 diferentes en menos de un año.

Look marinero de agua dulce.

¡¡POR FIN conseguí unos vaqueros blancos!!
Llevaba años detrás de unos.

(Bonus! ;) )
Este día me levanté un tanto Shandy...

¡Cu-cú!